sábado, 8 de octubre de 2011

Cognición y Aprendizaje II

Aprendizaje y cambio cognitivo

Desde aproximadamente 1960 y hasta la mitad de los años 80, la investigación cognitiva estaba dedicada principalmente a la naturaleza del conocimiento y de las habilidades, y solo de forma  periférica a su adquisición. Dicho de otro modo, la ciencia cognitiva era una ciencia del saber mas que del aprender.

Lo que se ha aprendido acerca de la naturaleza del saber y acerca de las diferencia entre expertos y novatos ha sido sumamente valioso para ayudar a describir lo que hay que aprender con tal de acercarse a la complejidad del pensamiento humano. Pero la investigación no demostró cómo la gente llegaba a convertirse en experta, y mucho menos cómo los demás podían ayudarles a hacerlo lo cual, por supuesto, es el problema central de la educación-. Para la mayoría, los esfuerzos para enseñar conceptos difíciles de forma más clara y directa, o enseñar a los estudiantes las estrategias metacognitivas o de resolución de problemas que caracterizan el pensamiento experto, no han funcionado. Los estudiantes practicaban lo que les enseñaban pero no parecían aprender cuándo o cómo aplicar las nuevas ideas o habilidades. Por otra parte, en programas de descubrimiento o exposición relativamente desestructurados, se dio repetidamente el fenómeno de que los ricos son cada vez mas ricos esto es, mientras que los estudiantes inicialmente avanzados a menudo prosperaban, los más débiles no solo no lo hacían sino que a veces incluso perdían terreno cuando se les comparaba con los estudiantes que seguían métodos más tradicionales de práctica supervisada y memorización. Nada de esto es sorprendente desde la perspectiva constructivista. Sin embargo, ha sido desalentador descubrir que los estudios sobre conocimiento experto no trajeron consigo una idea clara de cómo alcanzar una instrucción satisfactoria.

En la segunda mitad de los 80, el interés que ya mostraban unos pocos científicos cognitivos por los procesos de aprendizaje comenzó a extenderse a otros científicos de la comunidad de investigación cognitiva. El nuevo enfoque se refiere al aprendizaje como cambio cognitivo. Hay poca ortodoxia en la nueva investigación cognitiva. Se han desarrollado diversos enfoques y metodologías que van desde los análisis intensos de describir de forma microgenética el aprendizaje conceptual hasta la investigación inspirada en el conexionismo sobre la evolución de las habilidades y el conocimiento, o los análisis de los limites biólogicos en el cambio conceptual. Los métodos analíticos o descriptivos coexisten con los experimentos tradicionales. Se usan varios tipos de modelo formal, normativa y conexionista. Las intervenciones relativas a la instrucción juegan su papel como herramientas de investigación.

Nuevas concepciones sobre la transferencia

Aproximadarnente un siglo de investigación sobre la transferencia del aprendizaje escolar al extra-escolar, o incluso entre asignaturas escolares, solo ha aportado resultados decepcionantes. Hay pocos indicios de que lo que se aprende en una situación se aplique espontánea o fácilmente a otra distinta. Algunos estudios (Nisbett et al., 1987) sugieren que la consideración de la teoria thorndikiana de los elementos comunes cuando se aplica a reglas de razonamiento de nivel superior, además de la enseñanza directa sobre cómo aplicar tales normas en situaciones aparentemente dispares, puede producir una generalización sustancial.

Un enfoque alternativo  recupera un concepto abandonado acerca del concepto de la transferencia como un proceso de aprendizaje en dominios específicos antes que como una aplicación directa de lo que ya ha sido aprendido. En estas interpretaciones (Brown, 1990; Greeno, Smith, y Moore, 1992) no investigamos cómo los conocimientos o la habilidad son transportados como un todo de una situación a otra, sino cómo el aprendizaje y la ejecución en un medio prepara al alumno para aprender las reglas, los hábitos y los conocimientos apropiados para otra situación.

Aprendizaje ,intencional y habitos de la mente

Aunque la enseñanza directa de las estrategias del aprendizaje ha tenido un éxito lirnitado en la práctica educativa, hay una conceptualización mis amplia de las estrategias de aprendizaje que, de acuerdo con los primeros resultados experimentales, parece prometedora. Se trata de una concepción que interpreta la habilidad de aprendizaje como un grupo de hábitos -de cuestionamiento, de elaboración, de dedicación deliberada al esfuerzo personal de entender y comunicarse con los demás-. En esta concepción, el énfasis no se pone tanto en las estrategias de aprendizaje específicas como en favorecer el control del aprendizaje a los estudiantes (Bereiter & Scardamalia, 1989). Existen numerosas tradiciones investigadoras que ponen de manifiesto esta concepción: algunas teorías sobre la personalidad sugieren que el auto-concepto del aprendiz está en juego; la psicología social ofrece teorías elaboradas de la atribución a través de las cuales la gente explica el éxito y el fracaso y de ese modo dirigen sus futuras actividades; el desarrollo del niño nos dice cómo se socializará en determinados roles y conducta

Estos trabajos sugieren que los hábitos cognitivos y las maneras de comportarse pueden formarse de modo análogo a la forma en la que se desarrollan otros rasgos de la personalidad. Esta concepción esta generando investigaciones sobre las formas de crear entornos para el aprendizaje que favorezcan los hábitos de elaboración mental activa y autocontrol asociados con el aprendizaje eficaz.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Cognición y Aprendizaje I

Qué quiere decir saber algo? Cómo utilizamos lo que sabemos? Cómo lo aprendemos? Las respuestas a estas preguntas -fundamentales para un campo de investigación cognitiva definido de manera amplia- influirán profundamente en la elección de los contenidos de la enseñanza, en la organización de las aulas y otros lugares de enseñanza, y en lo que se refiere a las expectativas de las instituciones educativas.

Dilemas constructivistas

Los autores que estudian la cognición generalmente están de acuerdo con el carácter constructivista del aprendizaje. El marco teórico varia -de Piaget (1970) a Vygotski (1978), del discurso social a la teoria de los esquemas, del procesamiento simbólico a la cognición situada- pero prácticamente todos coinciden en que las personas que aprenden son las constructoras de su propio conocimiento. Las consecuencias de la revolución constructivista para la educación son significativas. Dicho de otro modo, la enseñanza no puede ser reducida a la introducción de información en las cabezas de los alumnos. Más bien debe interpretarse como una preparación para que los estudiantes construyan su propio conocimiento.

Durante muchos años, particularmente bajo la influencia de las interpretaciones de Piaget sobre el desarrollo cognitivo, se creyó que el constructivismo significaba que no debía haber ninguna enseñanza “didáctica” En su lugar se propuso que los educadores organizaran entornos de exploración efectivos para los niños. En tales entornos, los estudiantes se inventarían o descubrirían el conocimiento por sí mismos. Ahora sabemos que preparar a los estudiantes para que construyan su propio conocimiento es un asunto mucho más complejo, lleno de retos que derivan de la naturaleza de la experiencia y del aprendizaje



El pensamiento y el aprendizaje dependen del tipo de conocimiento

La investigación cognitiva se ha centrado intensamente en establecer la relación entre la naturaleza de la resolución de problemas y el conocimiento que la sustenta. Desde jugar al ajedrez hasta la radiologia, y en cada una de las asignaturas escolares que se han investigado, hemos aprendido que los buenos pensadores y los expertos en resolver problemas tienen un gran conocimiento acerca de contenidos específicos (Glaser, 1984). Para producir un rendimiento eficaz y cualificado, los expertos apelan con más fuerza a ese conocimiento que a las capacidades cognitivas generales. Sin embargo, parece ser que los educadores no pueden fomentar un conocimiento óptimo haciendo memorizar a sus estudiantes el conocimiento de los expertos. Este tipo de aprendizaje parece producir un conocimiento “inerte” dificilmente utilizable en situaciones complejas. Al contrario, el conocimiento experto debe ser construido por cada individuo.

Pero ahi radica el dilema, puesto que lo que la gente es capaz de construir como nuevos conocimientos depende en gran medida de lo que ya sabe. La gente necesita esquemas organizativos para entender y retener nueva información. Cuanto más ricos y más apropiados para el nuevo conocimiento sean estos esquemas, tanto más rápida y plenamente se asimilarán las nuevas ideas. La investigación en diversos ámbitos muestra que los estudiantes tienen importantes conocimientos al entrar en la escuela -aunque esos conocimientos raramente se siguen desarrollando en el medio escolar. Además, el conocimiento adquirido informalmente tanto puede interferir en el aprendizaje escolar (como en el caso de los falsos mitos cientificos) como favorecerlo. La aceptación de este problema ha empezado a generar experimentación teórica sobre las formas de usar y adaptar el conocimiento por parte del estudiante. Estas investigaciones son necesariamente específicas de una determinada materia de estudio, y la forma en la que el viejo y el nuevo conocimiento se relacionan parece variar sustancialmente entre distintas materias, e incluso entre distintos conceptos especifico.

Los estudiantes expertos son constructores de conocimiento estratégico

En una competición entre el conocimiento especifico y las habilidades generales del aprendizaje, el conocimiento especifico ganaria sin duda por ser el más influyente en el futuro aprendizaje. Pero los estudiantes con mayor éxito también aplican ciertas estrategias genéricas con mayor frecuencia y eficacia. Estas estrategias han sido estudiadas bajo muchas etiquetas, destacando todas la importancia del manejo consciente de los procesos de aprendizaje y pensamiento.Nuestro conocimiento de estas estrategias es muy extenso pero sabemos poco sobre las formas eficaces de enseñarlas. Los esfuerzos para enseñar directamente habilidades metacognitivas y otras estrategias de aprendizaje intencionado han resultado infructuosos. A menudo, las habilidades enseñadas no cuajan, no son aplicadas individualmente por 10s estudiantes, o adoptan una forma frágil que no parece favorecer otros aprendizajes -inclusa cuando las nuevas estrategias se ponen en práctica siguiendo indicaciones. Se observa con frecuencia que las estrategias que se enseñan directamente a los estudiantes no suelen aplicarse espontáneamente cuando varian las condiciones de la primera práctica.

Equidad cognitiva: el problema “los ricos son cada vez más ricos”

Los que ya poseen el conocimiento y dominan aquellas estrategias de aprendizaje que más se valoran en la escuela tienen más posibilidades de beneficiarse de las nuevas oportunidades de aprendizaje que la escuela ofrece. Sus conocimientos, adquiridos informalmente, sobre conceptos relevantes para las asignaturas escolares les permiten actuar con ventaja en el curriculum básico. Sus hábitos de lenguaje, capacidad de cuestionamiento y elaboración les permiten entender lo que quieren e implicarse fácilmente en lo que la escuela les pide. Mientras la investigación cognitiva se centre principalmente en los alumnos que ya poseen los conocimientos, fracasará en el intento de proporcionar una base para educar a los distintos grupos de estudiantes que hay actualmente en muchas escuelas.

Aunque tradicionalmente la psicologia ha prestado atención a las diferencias individuales en la cognición, tener en cuenta las diferencias culturales es un nuevo reto para la investigación cognitiva. Existen indicios que sugieren que el conocimiento cultural y los hábitos de algunos alumnos difieren significativamente de lo que se espera de ellos en la escuela y que estas diferencias pueden limitar de facto su oportunidad de aprender en la escuela. Hasta ahora, sin embargo, quienes han llevado a cabo los programas de investigación cognitiva más influyentes sobre el aprendizaje de las asignaturas escolares no han prestado atención, en general, a las diferencias de grupo y culturales en lo referente al conocimiento y al aprendizaje; mientras que los que se han concentrado en tales diferencias -a menudo procedentes de la tradición investigadora antropológica, lingüística y sociológica más que de la psicológica- no han profundizado en los contenidos del aprendizaje ni en los detalles del proceso cognitivo empleado. El resultado ha sido el surgimiento de dos tendencias de conocimiento de investigación claramente diferenciadas. Algunos investigadores están empezando a unir estas dos tendencias, muy a menudo en el contexto de los programas de desarrollo instructor en los cuales los investigadores y los profesores, en mutua colaboración, asumen la responsabilidad de programas enteros de enseñanza y aprendizaje (Brown y Campione, 1990). Una de las cuestiones consiste en saber cómo desarrollar hábitos de aprendizaje generales entre estudiantes que carecen de ellos al entrar en la escuela: implicando a los alumnos en los procesos metacognitivos de análisis de las tareas escolares para ver dónde podrían aplicar sus conocimientos? Cambiando el entorno escolar para proporcionar una mejor oportunidad para el uso de los hábitos de aprendizaje adquiridos por los estudiantes fuera de la escuela? Valorando la auto-atribución en el aprendizaje? Fomentándola interacción entre formas específicas de conocimiento y estrategias de aprendizaje?

Otra aproximación ha centrado sus esfuerzos en la identificación del conocimiento que tendrían los estudiantes que no alcanzan la preparación necesaria. Están surgiendo algunas sorpresas. Por ejemplo, la investigación en el ámbito del conocimiento matemático ha demostrado que varios grupos de niños de nivel socio-económico bajo tienen prácticamente el mismo nivel de comprensión al entrar en la escuela que otros niños socialmente más favorecidos. Además, algunos experimentos educativos sugieren que, al contrario de lo expuesto en teorías anteriores según las cuales ciertos pre-requisitos debían estar en su debido lugar antes de introducir problemas mis complejos, es posible superar una preparación deficiente implicando' a los niños en la solución de problemas que supongan un reto a nivel intelectual si a la vez se proporciona un “andamiaje” ayuda (Resnick et al., 1992)

La construcción de conocimientos exige tiempo

La elaboración mental que el individuo necesita para un aprendizaje satisfactorio requiere tiempo, mucho más del que se dedica normalmente al estudio de cualquier tema en el curriculum escolar. Esto significa que los esfuerzos dedicados a cubrir un extenso programa de conocimientos están destinados a fracasar en su intento de producir un aprendizaje significativo. En respuesta a esto, muchos pensadores destacados han estado promulgando la filosofia del “menos es más” Su idea es que, en la educación, el aprendizaje efectivo de unas cuantas ideas y conceptos importantes es más valioso que un curriculum de duración extensa pero superficial. Esto ha generado un programa de investigación preocupado por la identificación de grandes conceptos generativos aquellos que deben ser incluidos en el curriculum menor y por descubrir la forma de enseñarlos para que sean, de hecho, generativos.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Ansiedad del ego

Se define ansiedad del ego como la tensión emocional que resulta cuando las personas piensan:
  1. Que su valor como personas está siendo amenazado
  2. Que siempre “deben” comportarse perfectamente
  3. Que es horrible y catastrófico cuando fallan y/o si otras personas les rechazan cuando “deberían” aceptarlas
La ansiedad del ego es un sentimiento dramático, poderoso y aparentemente abrumador, frecuentemente acompañado por otros sentimientos como depresión, vergüenza y culpa.
La ansiedad es un miedo exagerado e innecesario, habitualmente relacionado más con “daño” mental que físico, donde el paciente confunde lo que es posible con lo que es probable.

Más de un 90% de lo que llamamos ansiedad se deriva de la preocupación exagerada del individuo por lo que alguien piense de él.

El perfeccionismo y la tendencia al pensamiento grandioso están también relacionados con la ansiedad del ego.

Comete el mismo error filosófico quien se considera un ser superior por actuar de forma sobresaliente que quien se cree una persona inferior por comportarse de manera deficiente.

Ambos casos están generalizando la representación de un rol al valor del individuo como ser humano “bueno” o “malo”. Por eso la persona rígida piensa irracionalmente que debe actuar perfectamente, ya que cree que el más mínimo error compromete seriamente su sentido de bienestar personal, su autoimagen y su aceptación por parte de los demás, en lugar de verlo como lo que es, un comportamiento deficiente.

Por esta razón, conceptos como “miedo al fracaso” y “miedo al éxito” están también estrechamente relacionados con ansiedad del ego, depresión y perfeccionismo.

Por otra parte, las personas deprimidas se culpan a sí mismas de su ineficacia y tienden a presentar una imagen pobre de sí mismas, y a la vez insisten, de manera grandiosa, en controlar el resultado de los acontecimientos de su vida y se deprimen al no lograrlo. Es decir, estos individuos se autodenigran y se autoendiosan al mismo tiempo.

“Debo tener éxito y ser aceptado por personas importantes en mi vida o no soy tan bueno como tendría que ser, y por consiguiente no valgo nada” (ansiedad del ego), y “Las condiciones de mi vida deben ser fáciles, pues sería terrible tener que esforzarme demasiado, lo que convertiría el mundo en un lugar inaguantable” (ansiedad situacional).

Estas exigencias grandiosas se encuentran en la base de la mayoría de las perturbaciones emocionales y cuando no son satisfechas, como sucede a menudo en la realidad, la persona se siente ansiosa, deprimida y desesperada. Sin estas insistencias omnipotentes, el individuo sólo se sentiría triste, apesadumbrado e irritado.

Además de una autoimagen pobre, los individuos deprimidos presentan una tolerancia a la frustración extraordinariamente baja, lo que les hace quejarse y lamentarse por inconvenientes leves que son parte de la vida cotidiana

Ellis, A (1993). Revista Psicologia Conductual, Vol. 1, No. 1,  pp. 101-110

Ansiedad

Para comprender mejor la ansiedad es necesario desempatarla del miedo. Por ejemplo, aunque la reacción física es coincidente con el miedo (respuesta autonómica ante el peligro: “luchar o escapar”) la ansiedad puede diferenciarse del miedo en varios aspectos. Cuando uno tiene miedo, en general ese miedo está dirigido a algo en concreto, algún objeto o situación externos. Aquello que uno teme es en general algo plausible. Se puede temer no cumplir un plazo, no aprobar un examen, no poder pagar las cuentas o ser rechazado por alguien que a uno le interesa. En cambio, cuando uno experimenta ansiedad, en general uno no puede especificar qué es lo que la produce. El foco de la ansiedad es más interno que externo. Pareciera ser la respuesta a un peligro indefinido, distante o, incluso, ignorado. Se puede sentir ansiedad de “perder el control” de uno mismo o de alguna situación. O se puede sentir un vago sentimiento de ansiedad porque “puede suceder algo malo.”

La ansiedad afecta a todo nuestro ser. Es a la vez una reacción fisiológica, conductal y psicológica. A nivel fisiológico, la ansiedad puede incluir reacciones corporales tales como aumento de la frecuencia cardíaca, tensión muscular, ahogo, sequedad bucal o transpiración. A nivel conductal, puede sabotear la capacidad de acción, la expresión o la capacidad para lidiar con situaciones cotidianas.

Desde el punto de vista psicológico, la ansiedad es un estado subjetivo de aprehensión e intranquilidad. En casos extremos, puede llevar al individuo a sentirse alienado e incluso a tener miedo de morirse o de volverse loco.

El hecho de que la ansiedad se manifieste en el ámbito fisiológico, conductal y psicológico tiene implicancias importantes para la recuperación. Un programa completo de recuperación del trastorno de ansiedad debe actuar en los tres niveles para lograr:
  1. Reducir las respuestas fisiológicas.
  2. Eliminar la conducta elusiva (cuando exista).
  3. Cambiar las interpretaciones subjetivas (o “diálogo interno”) que perpetúan el estado.

Desde el modelo cognitivo conductual se afirma que la modificación de las interpretaciones subjetivas o “creencias” causa la modificación de las respuestas fisiológicas y ayuda al cambio de las conductas evasivas. A su vez, la práctica de conductas incompatibles es un medio para facilitar y reforzar el cambio de las creencias o interpretaciones subjetivas. (Moreschi, 2011)

La ansiedad puede aparecer de diferentes formas y en diferentes niveles de intensidad. Puede ir desde una simple sensación de intranquilidad a un total ataque de pánico con presencia de palpitaciones, desorientación y terror. La ansiedad que no se conecta con ninguna situación en particular, que “aparece de repente”, se llama ansiedad flotante o en casos más severos, ataque de pánico espontáneo. La diferencia entre un episodio de ansiedad flotante y un ataque de pánico espontáneo está dada por la confluencia de cuatro o más de los siguientes síntomas (la presencia simultánea de cuatro o más síntomas define al ataque de pánico):

  • Disnea (falta de aliento)
  • Palpitaciones (aumento o irregularidad de la frecuencia cardíaca)
  • Temblores
  • Transpiración
  • Ahogo
  • Náuseas o malestar abdominal
  • Entumecimiento
  • Mareo o falta de estabilidad
  • Sensación de alienación, de falta de contacto con uno mismo
  • Calores o escalofríos
  • Miedo de morir
  • Miedo de volverse loco o de perder el control

La ansiedad que surge solamente en respuesta a una situación específica, se denomina ansiedad situacional o ansiedad fóbica. La ansiedad situacional se distingue de los temores diarios en su tendencia a ser desproporcionada o irreal. El temor desproporcionado a manejar en autopistas, ir al médico o confrontar a su esposa, son ejemplos de ansiedad situacional. Ésta se transforma en fóbica cuando uno comienza a evitar dicha situación, es decir, si uno directamente no toma autopistas, no va al médico o no confronta a su esposa. En otras palabras, la ansiedad fóbica es la ansiedad situacional en la cual permanentemente se omite la situación.

A menudo, la ansiedad simplemente aparece al pensar en una situación en particular. Cuando uno siente malestar al pensar qué podría suceder si uno tuviera que afrontar, o al momento de afrontar, una de las situaciones temidas, está experimentando lo que se denomina ansiedad anticipatoria.

Existe una diferencia importante entre la ansiedad (o pánico) espontánea y la ansiedad (o pánico) anticipatoria. La ansiedad espontánea tiende a aparecer de repente, crece rápidamente, y luego desaparece gradualmente. Por lo general se llega al pico de ansiedad en cinco minutos, y le sigue un período de disminución gradual que dura una hora o más. En cambio, la ansiedad anticipatoria, tiende a generarse de modo más gradual en función del encuentro – o el simple pensamiento – de la situación amenazadora y luego disminuye rápidamente. Puede que uno “se vuelva loco preocupándose” por algún motivo durante una hora o más y luego se olvide por completo de la preocupación, al encontrar algo en qué ocupar la mente.

Desde el punto de vista de la terapia cognitiva la ansiedad se caracteriza por los siguientes parámetros de la tríada cognitiva (Beck, 1988):
  • Visión del futuro como incierto
  • Visión del entorno como peligroso
  • Visión de uno mismo con carente de capacidad o recursos para superar esos peligros.

Si aceptamos que el futuro nunca puede ser absolutamente cierto y observamos que algunas veces la interpretación del entorno como peligroso puede ser exagerada pero otras veces puede ser cierta, siempre será necesario fortalecer la visión de uno mismo como capaz de enfrentar las posibles situaciones futuras. Sobre esa base, puede desarticularse la demanda absolutista de certidumbre y la “no-soport-itis” de la incertidumbre.

En resumen, un abordaje cognitivo se enfocará en tres objetivos:

Aumentar la confianza en la propia capacidad “autoeficacia”. (Bandura, 1986)
Abandonar la demanda absolutista de certidumbre con respecto al futuro. (Ellis, 1982)
Investigar objetivamente los riesgos reales y desarrollar las aptitudes y planes necesarios para enfrentarlos dentro de lo posible. Lo cual incidirá en facilitar los puntos anteriores.

Con respecto a los recursos auxiliares que suelen emplearse en los trastornos de ansiedad podemos citar el aprendizaje de destrezas para el afrontamiento. Ellas son:
  • Respiración diafragmática (y más lenta) y técnicas de relajación.
  • Desensibilización ante el estímulo evocador con respuesta de relajación.
  • Uso de las “tarjetas de afrontamiento” con frases a recordar.
  • Empleo de distractores y externalización.

ABC

La teoría ABC de la Terapia Racional-Emotiva (TRE) sostiene que sucesos Activantes (As) de la vida de la gente contribuyen a sus perturbaciones emocionales y conductuales o Consecuencias (Cs), debido en gran medida a que están entremezcladas con los Pensamientos (Beliefs, Bs) o interpretaciones de la gente sobre dichos sucesos Activantes (As). El pensamiento irracional o anticientífico es la causa principal de la perturbación emocional ya que, de forma consciente o inconsciente, la persona escoge convertirse a si misma en neurótica con su forma de pensar ilógica y poco realista.

Sin embargo es posible cambiar este absurdo, aprendiendo a pensar de manera científica o racional, mediante el debate de las ideas irracionales basado en la TRE.


Ellis (1976) desarrollo una teoría de autoaceptación que enfatiza los aspectos emotivos y conductuales del pensamiento disfuncional, subrayando la importancia de la rigidez como caracteristica primordial de las doce Creencias o Pensamientos Irracionales (IBs) originales, distinguiendo entre inferencias y atribuciones disfuncionales, por un lado, y los "debo de" dogmáticos y centrales, por otro, a partir de los cuales se derivan las primeras. Al mismo tiempo demostró como ocurren los síntomas perturbadores secundarios, como la gente convierte sus Consecuencias (Cs) en nuevos sucesos Activantes (As), creando así problemas emocionales sobre problemas emocionales, dando origen a conceptos como "ansiedad situacional" (discomfort anxiety) y "ansiedad del ego" (ego anxiety).


Sobre esta base es posible afirmar que las personas pueden cambiar su pensar ilógico y poco realista, planteando hipótesis o suposiciones plausibles y, luego, experimentando y comprobando que son correctas o no, para mantenerlas o refutarlas. Una hipótesis no es un hecho, debe examinarse para verificar su validez; si se demuestra que es falsa, es preferible descartarla y formular una nueva hipótesis. Si parece correcta, se puede aceptar provisionalmente, manteniendo siempre abierta la posibilidad de cambiarla en caso de que surjan posteriormente evidencias en su contra.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Quien es Albert Ellis

Ellis nació en Pittsburg en 1913 y se crió en Nueva York. Se sobrepuso a una infancia difícil usando su cabeza, volviéndose, en sus propias palabras, “un solucionador de problemas terco y pronunciado”. Un problema renal grave desvió su atención de los deportes a los libros, y la disensión en su familia (sus padres se divorciaron cuando él tenía 12 años) le condujeron a trabajar sobre la comprensión de los demás.

En el instituto Ellis concentró su atención en hacerse el Gran Novelista Americano. Consideró la posibilidad de estudiar contabilidad en la universidad; en hacer suficiente dinero como para retirarse a los 30 y escribir sin la presión de la necesidad económica. La Gran Depresión estadounidense puso punto final a su anhelo, pero logró llegar a la universidad en 1934, graduándose en administración de empresas en la City University of New York. Su primera incursión aventurera en el mundo empresarial fue la de un negocio de parches de pantalones junto a su hermano. Buscaron juntos en tiendas de vestidos todos aquellos pantalones que necesitasen remates para adaptar igualmente los abrigos de sus clientes. En 1938, Albert llegó al puesto de director de personal de una firma novedosa.

Ellis empleó la mayoría de su tiempo libre en escribir historias cortas, obras teatrales, novelas, poesía cómica, ensayos y libros de no-ficción. Cuando alcanzó los 28 años, ya había terminado al menos dos docenas de manuscritos completos, pero aún no había logrado que se los publicasen. Se percató entonces de que su futuro no descansaría sobre la escritura de ficción, por lo que se dedicó exclusivamente a la no-ficción, a promover lo que él llamaría la “revolución sexual-familiar”.

A medida que Ellis recolectaba más y más material de un tratado llamado “The Case for Sexual Liberty” (La Causa por la Libertad Sexual), muchos de sus amigos empezaron a considerarle como una especie de experto en la materia. Con frecuencia le pedían consejos, y Ellis descubrió que le encantaba la asesoría tanto como escribir. En 1942 volvió a la universidad y se apuntó en un programa de psicología clínica en la Universidad de Columbia. Empezó su práctica clínica a tiempo parcial para familias y como consejero sexual casi inmediatamente después de recibir su título de maestría en 1943.

En el momento en que la Universidad de Columbia le premió con su doctorado en 1947, Ellis llegó a la convicción de que el psicoanálisis era la forma más profunda y efectiva de terapia. Decidió entonces alistarse en un análisis didáctico y se volvió “un analista brillante en los siguientes años”. En aquel momento, el instituto psicoanalítico rechazaba entrenar a psicoanalistas que no fueran médicos, pero esto no impidió que Ellis encontrase un analista dispuesto a llevar a cabo su entrenamiento dentro del grupo de Karen Horney. Ellis completó su análisis y empezó a practicar psicoanálisis clásico bajo la dirección de su maestro.

A finales de los 40 ya enseñaba en la Rutgers y en la Universidad de Nueva York y era el jefe de psicología clínica en el New Jersey Diagnostic Center y posteriormente en el New Jersey Department of Institutions and Agencies.

Pero la fe de Ellis en el psicoanálisis rápidamente se fue abajo. Descubrió que cuando atendía a sus clientes solo una vez a la semana o incluso cada dos semanas, progresaban igualmente que cuando les veía diariamente. Empezó a adoptar un papel más activo, combinando consejos e interpretaciones directas de la misma forma que hacía cuando aconsejaba a familias o en problemas sexuales. Sus pacientes parecían mejorar más rápidamente que cuando utilizaba procedimientos psicoanalíticos pasivos. Y esto sin olvidar que antes de estar en análisis, ya había trabajado muchos de sus propios problemas a través de las lecturas y prácticas de filosofías de Epícteto, Marco Aurelio, Spinoza y Bertrand Russell, enseñándoles a sus clientes los mimos principios que le habían valido a él.

En 1955 Ellis ya había abandonado completamente el psicoanálisis, sustituyendo la técnica por otra centrada en el cambio de las personas a través de la confrontación de sus creencias irracionales y persuadiéndoles para que adoptaran ideas racionales. Este papel hacía que Ellis se sintiese más cómodo, dado que podía ser más honesto consigo mismo. “Cuando me volví racional-emotivo”, dijo una vez, “mis propios procesos de personalidad verdaderamente empezaron a vibrar”.

Publicó su primer libro en REBT (siglas en inglés para Terapia Racional Emotiva) “How to Live with a Neurotic” (Como Vivir con un Neurótico) en 1957. Dos años más tarde constituyó el Institute for Rational Living (Instituto para una Vida Racional), donde se impartían cursos de formación para enseñar sus principios a otros terapeutas. Su primer gran éxito literario, The Art and Science of love (El Arte y Ciencia del Amor), apareció en 1960 y hasta el momento ha publicado 54 libros y más de 600 artículos sobre REBT, sexo y matrimonio.

martes, 13 de septiembre de 2011

Creencias irracionales

12 Ideas Irracionales que causan y sustentan la Neurosis
  1. La idea de que existe una tremenda necesidad en los adultos de ser amados por otros significativos en prácticamente cualquier actividad; en vez de concentrarse en su propio respeto personal, o buscando aprobación con fines prácticos, y en amar en vez de ser amados.
  2. La idea de que ciertos actos son feos o perversos, por lo que los demás deben rechazar a las personas que los cometen; en vez de la idea de que ciertos actos son autodefensivos o antisociales, y que las personas que cometan estos actos se comportan de manera estúpida, ignorante o neurótica, y sería mejor que recibieran ayuda. Los comportamientos como estos no hacen que los sujetos que los actúan sean corruptos.
  3. La idea de que es horrible cuando las cosas no son como nos gustaría que fueran; en vez de considerar la idea de que las cosas están muy mal y por tanto deberíamos cambiar o controlar las condiciones adversas de manera que puedan llegar a ser más satisfactorias; y si esto no es posible tendremos que ir aceptando que algunas cosas son así.
  4. La idea de que la miseria humana está causada invariablemente por factores externos y se nos impone por gente y eventos extraños a nosotros; en vez de la idea de que la neurosis es causada en su mayoría por el punto de vista que tomamos con respecto a condiciones desafortunadas.
  5. La idea de que si algo es o podría ser peligroso o aterrador, deberíamos estar tremendamente obsesionados y desaforados con ello; en vez de la idea de que debemos enfrentar de forma franca y directa lo peligroso; y si esto no es posible, aceptar lo inevitable.
  6. La idea de que es más fácil eludir que enfrentar las dificultades de la vida y las responsabilidades personales; en vez de la idea de que eso que llamamos “dejarlo estar” o “dejarlo pasar” es usualmente mucho más duro a largo plazo.
  7. La idea de que necesitamos de forma absoluta otra cosa más grande o más fuerte que nosotros en la que apoyarnos; en vez de la idea de que es mejor asumir los riesgos que contempla el pensar y actuar de forma menos dependiente.
  8. La idea de que siempre debemos ser absolutamente competentes, inteligentes y ambiciosos en todos los aspectos; en vez de la idea de que podríamos haberlo hecho mejor más que necesitar hacerlo siempre bien y aceptarnos como criaturas bastante imperfectas, que tienen limitaciones y falibilidades humanas.
  9. La idea de que si algo nos afectó considerablemente, permanecerá haciéndolo durante toda nuestra vida; en vez de la idea de que podemos aprender de nuestras experiencias pasadas sin estar extremadamente atados o preocupados por ellas.
  10. La idea de que debemos tener un control preciso y perfecto sobre las cosas; en vez de la idea de que el mundo está lleno de probabilidades y cambios, y que aún así, debemos disfrutar de la vida a pesar de estos “inconvenientes”.
  11. La idea de que la felicidad humana puede lograrse a través de la inercia y la inactividad; en vez de la idea de que tendemos a ser felices cuando estamos vitalmente inmersos en actividades dirigidas a la creatividad, o cuando nos embarcamos en proyectos más allá de nosotros o nos damos a los demás.
  12. La idea de que no tenemos control sobre nuestras emociones y que no podemos evitar sentirnos alterados con respecto a las cosas de la vida; en vez de la idea de que poseemos un control real sobre nuestras emociones destructivas si escogemos trabajar en contra de la hipótesis masturbatoria, la cual usualmente fomentamos.