jueves, 22 de septiembre de 2011

Ansiedad del ego

Se define ansiedad del ego como la tensión emocional que resulta cuando las personas piensan:
  1. Que su valor como personas está siendo amenazado
  2. Que siempre “deben” comportarse perfectamente
  3. Que es horrible y catastrófico cuando fallan y/o si otras personas les rechazan cuando “deberían” aceptarlas
La ansiedad del ego es un sentimiento dramático, poderoso y aparentemente abrumador, frecuentemente acompañado por otros sentimientos como depresión, vergüenza y culpa.
La ansiedad es un miedo exagerado e innecesario, habitualmente relacionado más con “daño” mental que físico, donde el paciente confunde lo que es posible con lo que es probable.

Más de un 90% de lo que llamamos ansiedad se deriva de la preocupación exagerada del individuo por lo que alguien piense de él.

El perfeccionismo y la tendencia al pensamiento grandioso están también relacionados con la ansiedad del ego.

Comete el mismo error filosófico quien se considera un ser superior por actuar de forma sobresaliente que quien se cree una persona inferior por comportarse de manera deficiente.

Ambos casos están generalizando la representación de un rol al valor del individuo como ser humano “bueno” o “malo”. Por eso la persona rígida piensa irracionalmente que debe actuar perfectamente, ya que cree que el más mínimo error compromete seriamente su sentido de bienestar personal, su autoimagen y su aceptación por parte de los demás, en lugar de verlo como lo que es, un comportamiento deficiente.

Por esta razón, conceptos como “miedo al fracaso” y “miedo al éxito” están también estrechamente relacionados con ansiedad del ego, depresión y perfeccionismo.

Por otra parte, las personas deprimidas se culpan a sí mismas de su ineficacia y tienden a presentar una imagen pobre de sí mismas, y a la vez insisten, de manera grandiosa, en controlar el resultado de los acontecimientos de su vida y se deprimen al no lograrlo. Es decir, estos individuos se autodenigran y se autoendiosan al mismo tiempo.

“Debo tener éxito y ser aceptado por personas importantes en mi vida o no soy tan bueno como tendría que ser, y por consiguiente no valgo nada” (ansiedad del ego), y “Las condiciones de mi vida deben ser fáciles, pues sería terrible tener que esforzarme demasiado, lo que convertiría el mundo en un lugar inaguantable” (ansiedad situacional).

Estas exigencias grandiosas se encuentran en la base de la mayoría de las perturbaciones emocionales y cuando no son satisfechas, como sucede a menudo en la realidad, la persona se siente ansiosa, deprimida y desesperada. Sin estas insistencias omnipotentes, el individuo sólo se sentiría triste, apesadumbrado e irritado.

Además de una autoimagen pobre, los individuos deprimidos presentan una tolerancia a la frustración extraordinariamente baja, lo que les hace quejarse y lamentarse por inconvenientes leves que son parte de la vida cotidiana

Ellis, A (1993). Revista Psicologia Conductual, Vol. 1, No. 1,  pp. 101-110

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